CUK-CUK, caldereta de marisco en el paraíso
Me gusta viajar sin prisas, entrar como lluvia en la tierra y empaparme de a poco de la vida que hay detrás de la apariencia de las cosas, dejar que los lugares me encuentren y ser una con ellos.
Hace unos días, de paseo por Ciutadella, en una antigua y espléndida casa de la parte más tranquila del casco antiguo descubrí Cuk-Cuk. Un lugar diferente donde puedes aprender a cocinar y degustar platos típicos, confeccionar cócteles alrededor de las conocidas ginebras de la isla, participar en talleres de artesania y algunas otras experiencias.
Alejandro y Elena, dos enamorados de Menorca que conmigo hacen tres, son los apasionados que han apostado por este original proyecto. Vienen de otro de mis lugares favoritos en el mundo, Madrid. Hace dos años decidieron dar un giro de 360 grados a sus vidas y dejaron la multicultural y trepidante ciudad para rodearse de mar y navegar por suquets, rellenos, arroces, cocteles y otros manjares. Son valientes, amables y su gesto transpira el amor que han invertido en su sueño. Unos anfitriones de lujo, en definitiva.
De nuevo la magia se materializa y siento como traspasar el umbral de Cuk-Cuk es entrar en casa y sentirme en familia.
Entro, respiro el lugar, hablo con Alejandro un momento y no lo dudo. Me apunto a la clase de cocina programada para el día siguiente: caldereta de pescado y marisco.
La Caldereta de pescado y marisco, es el plato típico por excelencia de la isla. La otra, la de langosta roja, también es típica y muy rica si la langosta viene de sus fondos marinos. Se pesca de forma artesanal y con restricciones de temporada y tamaño para no acabar con ellas, aún así su singularidad duplica y a veces más el precio de una caldereta de marisco.

Cuando veo los gambones, los calamares, los mejillones y los langostinos pienso en los barcos que he visto entrar por la mañana en el puerto de Ciutadella. Ese puerto me tiene sitiado el corazón, es de lo más hermoso que he visto en mi vida. Alguien apoyó el pincel empapado de mar en Es Pla y lo arrastró despacio hasta la Torre de San Nicolás, dejando un sinuoso y estrecho trazo bordeado de llaüts, catamaranes, lanchas y veleros… pocas cosas me huelen más cerca de la vida.
En Cuk-Cuk, el aula de cocina es luminosa y cuidada. Comparto la clase con dos franceses que llega directos de un viaje en Kayak. Son biólogos y protegen a los murciélagos de su principal depredador, el principal depredador de cualquier especie, en realidad. Aman la naturaleza así que es fácil cocinar en sintonía.

Tengo a mi disposición una placa de inducción individual y todo lo necesario para llevar a cabo la experiencia de hoy, que introducida por Alejandro es cariñosamente conducida por Elena en todo momento. Después de la clase, hacer caldereta me resulta fácil y divertido, claro que ya sabeis que yo soy otra enamorada de los fogones y ahora también de la isla, enamorada sin remedio.

Así que me coloco mi delantal de Cuk-Cuk y manos a la obra!
Como buenos chefs vamos tomando una copa de vino blanco bien fresquito mientras sofreímos y cocinamos a fuego lento. No necesitamos tomar notas ni esforzarnos en retener ninguna información porque Cuk-Cuk nos envía la receta por correo. Así que muy relajada sigo dorando el pescado impregnada del aroma que pronto llega a la puerta de entrada atrayendo los paladares callejeros.

Elena comparte sus trucos culinarios junto a retazos de su nueva vida en Menorca, los lujos y también las dificultades. Los sueños románticos tienen también esa parte de confrontación con el contexto, que lejos de ser un freno enriquecen la aventura. Como dice el Dalai Lama never give up, nunca te rindas…
Aquí no os voy a contar esos secretos, ni los detalles de la receta, porque es parte de la experiencia en Cuk-Cuk, pero os prometo que cuando haga mi primera caldereta en casa os lo cuento todo en Chez Moi!
Acabada de cocinar, cubrimos la paella y dejamos reposar el guiso. Nos sentamos en el tranquilo y fresco jardín de la parte de atrás de la casa donde Alejandro y Elena nos servirán nuestro aprendizaje de hoy.

Casi el final de un lujo coronado por un postre y como no, el gin amb llimona tan típico de Ciutadella, una bebida que se sirve bien fría a base de zumo de limón natural y ginebra de Menorca. El hielo es opcional, el nombre no. Cuidado con pedir pomada en Ciutadella, que es como se pide esta bebida en Mahó, porque en Ciutadella fácilmente pueden indicarte el paradero de la farmacia más próxima. Me encanta el sentido del humor ciudadelino…

Gracias Elena y Alejandro, por hacer realidad vuestro sueño y más rica mi aventura en Ciutadella, lugar del que mi corazón ya nunca va a marchar.
Volveré pronto, o prest como dicen aquí, y volveré a Cuk-Cuk pues me quedé con ganas de más y en especial de aprender a cocinar y degustar otro plato muy típico… calamares rellenos!
Cuk-Cuk está en la calle Sant Pere de Alcantara, a escasos metros de la Plaza Es Born donde puedes encontrar dos de los cafés más emblemáticos de Ciutadella, el Bar Imperi y La Reina, pero eso ya es harina de otro costal o más bien, ingredientes para otro post.
Y como dicen por aquí… això es l’Habana!, esto es La Habana!
Bon appetit!
Dan ganas de dejarlo todo e irse para allá!
Además de verdad…
Tens una forma tan pulida de escriure i expresarte! Que me encanta.
<3
Qué bonita eres Amanda… @ ; )